jueves, 20 de agosto de 2009

ALGO MAS SOBRE EL MOVIMIENTO RIOT GRRRL!

¿Qué pedían?
Entre las actividades de las riot grrrls figuraban la comunicación y la autodefensa. Por ejemplo, muchos conciertos riot no comenzaban hasta que todas las chicas estaban en las filas de delante y los chicos en las de atrás. En otros, no se dejaba entrar a chicos (o se ponían condiciones como llevar vestido). Era una pequeña venganza (o compensación) por tantos años aplastadas, empujadas o pisoteadas cuando iban a ver a sus grupos favoritos…
El riot grrrl fue un movimiento conectado con la escena indie/punk/hardcore de EE UU y, por lo tanto, partidario de la autogestión. De hecho, en las primeras listas de “discos esenciales” del género, la inmensa mayoría eran recopilatorios. Las riot grrrls creían en el apoyo mutuo, compartiendo giras y vinilos. El primer gran álbum del movimiento fue un LP dividido entre los dos grupos con más pegada: Huggy Bear y Bikini Kill (Our Troubled Youth/Yeah, Yeah, Yeah, 1992). A la expansión del movimiento contribuyó un reducido entramado de pequeños sellos discográficos de ambos lados del Atlántico: Wiija, K, Simple Machines y Kill Rock Stars.

¿Por qué tan poca gente conoce a estos grupos?
En su mayoría, las riot grrrls se negaban a hablar con los grandes medios porque en muchas ocasiones tergiversaron sus frases, intenciones y principios éticos. Así que optaron por los fanzines propios, los periodistas cordiales (Everett True / Sally Margareth Joy) o por conceder largas entrevistas para libros sobre mujeres y rock. Por supuesto, ni la televisión ni la radio tenían espacio para su punk ruidoso, muchas veces crispante, siempre combativo contra la lógica del sistema. Vivieron un aislamiento asumido, donde ganaron tranquilidad a cambio de perder impacto social.

¿Odiaban a los chicos?
En absoluto. Entre los héroes de las riot grrrls figuran muchos hombres, entre ellos Kurt Cobain (Nirvana), Calvin Johnson (del sello K Records), Guy Debord / Raoul Vainegem (por su trabajo con el situacionismo) o el actor y director de cine independiente John Cassavettes (a quien Le Tigre dedicaron una canción). De hecho, había chicos en muchas bandas riot grrrl, dos incluso en Huggy Bear (Chris y Jon). Muy pocas veces se organizaron conciertos “sólo para mujeres” y la intención no fue nunca excluir simpatizantes sino sentirse más cómodas. Lo peor del movimiento riot grrrl fueron sin duda bandas como Voodoo Queens, sumidas en el disparate pop: un día criticaban los estereotipos de belleza en el single “Supermodel Superficial” y al siguiente babeaban con el físico de Keanu Reeves en la canción “Kenuwee Head”. Duraron poco –un solo álbum– y nadie las echa de menos. Advertencia: a pesar de alguna adolescente insulsa, no estamos ante un movimiento de niñitas asustadas, muchas riot grrrls (empezando por Kathleen Hanna, cantante de Bikini Kill) conseguían dinero para instrumentos haciendo unas cuantas sesiones en locales de strip-tease (lo justo para pagar el alquiler o hacerse con un nuevo ampli).
Como decían ellas: “Mejor eso que trabajar de camarera”.

Riot Grrrl en la actualidad...
En un planeta rock donde los grupos se apagan poco a poco, la verdad es que los tótems de la escena riot grrrl han sabido avanzar. Kathleen Hanna pasó del grito (Bikini Kill) al baile (Le Tigre). Las ásperas Slant 6 se reciclaron en las delicadas Quix*o*tic. Sleater Kinney mejoran disco a disco y, además, su batería, Janet Weiss, tiene un excelente grupo paralelo llamado Quasi (que, al margen de grabar discos muy buenos, acompañaban a veces al recientemente fallecido Elliot Smith). Por otra parte, hay una nueva generación de activistas musicales, como Erase Errata, que asimilan los fundamentos de la vieja escuela, añadiendo un toque after punk. Sus dos discos son muy recomendables, así como el Dancing Machine: Erase Errata Remix EP (2003), donde se ponen en manos de cuatro prestigiosos remezcladores: Adult, Matmos, Kid 606 y Kevin Blendchdom. Otra sorpresa reciente es la cantautora Scout Niblett sola con guitarra o batería (preciosa su voz y su disco Sweetheart Fever, de 2001). Más buenas noticias: The Gossip, grupo de chicas estadounidenses que reparten latigazos de blues minimalista.